Hay una moda funesta: el guillotinar el amor. Ante cualquier problema, cortarlo de raíz en vez de re-intentar.
En otras épocas, cuando aparecía un problema se re-intentaba; se planteaba el problema. El problema, la solución; etcétera.
¡El mero paso del tiempo! Ante un dolor de cabeza, ¿la guillotinas o tomas analgésico?. Solamente un loco elegiría la primera opción; la elegida hoy.
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