Un mal consejo
Un hombre tenía graves problemas con su mujer, y la relación entre ellos era tan mala que sólo faltaba que llegaran a los golpes. Estaba convencido de que lo mejor era divorciarse, pero no estaba dispuesto a ceder ante su mujer. Fue así como decidió ir a ver a un amigo abogado, para que lo asesorara acerca de la mejor manera de divorciarse. Su amigo, que era muy astuto, le aconsejó: "No vale la pena que te divorcies así nada más"...
..."Lo que te aconsejo es que cambies tu actitud ante tu mujer: trátala bien, sé amable y paciente con ella; comienza a tener detalles cariñosos hasta que ella vuelva a enamorarse de ti, y cuando la tengas rendida de amor, entonces abandónala y divórciate de ella. ¡Eso le dolerá más!". Al hombre le pareció una excelente idea y puso manos a la obra.
Algún tiempo después, los amigos volvieron a encontrarse casualmente en la calle, y el abogado le preguntó: "¿Qué pasó? ¿Ya se volvió a enamorar de tí?". El hombre le contestó que ahora ella estaba prácticamente rendida a sus pies. Entonces el abogado le dijo: "¿Estás listo para dejarla y divorciarte?", a lo que el hombre le contestó: "¿Estás loco? No tienes idea de cuánto ha cambiado mi mujer desde que empecé a ser diferente con ella; ahora me respeta y atiende, es cariñosa y amable.".
(Cristián Urzúa Pérez)
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